Mujeres que hacen historia en rotomoldeo: Marlene Fragoso

Podemos confirmar, sin temor a equivocarnos, que Marlene Fragoso ocupa un sitio especial en la industria del plástico en México, no solo por ser una empresaria en un sector compuesto predominantemente por hombres, sino por haber conquistado un lugar importante en un segmento muy particular en nuestro país: el rotomoldeo.

De profesión arquitecta, Marlene se sintió atraída por la industria desde niña, una pasión que continuó creciendo y que la llevó, años más tarde, a iniciar su propia empresa de rotomoldeo, a pesar de desconocer por completo el mundo de los plásticos.

Marlene, profundamente comprometida con su carrera, es incapaz de ocultar el entusiasmo cuando evoca sus inicios en la industria.

“Fue una gran oportunidad. Trabajaba en una constructora y de pronto tuve la opción de invertir en esta empresa de rotomoldeo. Y empecé, la verdad, sin saber absolutamente nada. Recuerdo que fui a una ‘Expo’ en Chicago sin saber nada porque tenía apenas unos meses en la planta (…) Pero pienso que no son coincidencias. Son cosas que te marca el destino y cuando uno está tan apasionado por su trabajo, lo disfruta”.

De esta manera, en 2006 nació Contenedores y Rotomoldeo S.A. de C.V., una empresa de origen mexicano, líder en tecnología de rotomoldeo, que ofrece soluciones en resinas plásticas, diseño, fabricación de moldes de acero y productos plásticos de alta calidad para la industria y la vida diaria.

Como narra Marlene, dotar de vida a este proyecto requirió un gran esfuerzo, pues antes de la compra, la planta tenía una máquina y algunos moldes, pero requirió inversión y trabajo fuerte para diversificar su oferta de productos y crear su propia marca comercial: Wintech.

“Tenemos 19 años de historia y actualmente fabricamos contenedores para residuos sólidos y para residuos biológico-infecciosos. También tenemos productos especiales como gasolineros, además de macetas, bancas y camas para la decoración del hogar, o productos para el señalamiento vial y rodantes. Cuando iniciamos teníamos unos 40 productos de línea, hoy tenemos más de 120, lo que equivale a más de 400 moldes en la planta. Entonces, realmente, hemos crecido”.

“Algo que me apasiona mucho del plástico y de la industria del rotomoldeo es la oportunidad de brindar una solución a un cliente que llega con una necesidad; es decir, poder crear un producto desde la nada y verlo materializado. Es extraordinario poder hacer un producto que no existía. Por eso me encanta la industria de la transformación, y aquí he vivido uno de mis grandes amores: el rotomoldeo”.

Rotomoldeo, pocas mujeres y grandes oportunidades

La industria del rotomoldeo o moldeo rotacional en México es realmente pequeña. De acuerdo con Marlene, quien se desempeña además como vicepresidenta de la Comisión de Transformadores de la ANIPAC, representa del 2 al 3 % de la industria de los plásticos, a pesar de que se trata de un proceso versátil, económico y relativamente accesible, que admite prácticamente cualquier campo de aplicación.

Gracias a estas ventajas, en nuestro país, numerosas empresas pequeñas han incursionado en su mercado, pero duran pocos años o no ofrecen productos competitivos; por su parte, las empresas más grandes se han concentrado principalmente en la producción de tanques de agua y contenedores de basura, y han dejado de lado muchas otras aplicaciones. Por ello, hacerse de un lugar en este reducido segmento de la industria ha significado un logro y un reto para Marlene.

“La verdad, es lo que más me ha costado trabajo. Me siento contenta de tener un lugar dentro de la industria del plástico como mujer, como empresaria, porque siento que esta parte de la industria de la transformación es más masculina, más de hombres, y aún más esta parte de rotomoldeo. Creo que en México tal vez somos cinco mujeres rotomoldeadoras; eso ha sido parte del reto y también ha sido un gran logro como mujer tener una empresa muy sólida en este sector y que pueda representar a otras mujeres empresarias”.

En cuanto al negocio y sus planes de crecimiento, Marlene considera que las principales apuestas de Wintech deben centrarse en explorar nuevas aplicaciones y, en definitiva, en seguir impulsando la economía circular en todos sus productos y procesos productivos.

“Es un proceso muy joven y tenemos la oportunidad de participar en las industrias ganadera y agrícola. Hay varios sectores en los que no nos hemos metido, donde hay oportunidades de crecimiento, productos que México requiere y que muchas veces se tienen que traer de otros países porque aquí no los tenemos (…) y también en productos con poca competencia.

“Por otra parte, hay muchas empresas con maquinaria de flama abierta, que no se compara con una maquinaria de horno, en precio, calidad y tiempos de transformación, de cocimiento, aunque a su vez estas máquinas consumen energía, luz. Pero bueno, tenemos que estar siempre al día en cuanto a maquinaria y fabricación de moldes”.

“En cuanto a la economía circular, en este momento ya la practicamos, pero es muy importante que estemos certificados por alguna institución para dar seguridad a nuestros clientes de que somos una empresa seria y que estamos especializados en el tema del rotomoldeo. La idea es que podamos vender un contenedor a nuestros clientes, y que en cinco años, cuando quiera desecharlo, nos lo regrese, lo regeneremos y le demos un incentivo para adquirir otro producto.

“Con ANIPAC trabajamos en el programa de Cero Pérdida de Pellets. La idea es poder diseñar productos que tengan una mayor vida para estar alineados con la economía circular y los objetivos de cuidado del medioambiente. Asimismo, otro gran proyecto es la construcción de la nueva planta de Wintech, de la que ya tenemos el diseño arquitectónico. Se trata de una gran inversión, pues la idea es construirla bajo una certificación de que es sustentable”.

El fracaso no existe

Finalmente, Marlene Fragoso compartió un consejo con las mujeres interesadas en incursionar en la industria del plástico:

“Primero, que tengan fe en Dios o en lo que ellas quieran, fe en sus proyectos, confianza en ellas y pasión por lo que están haciendo: por el proyecto y por su empresa. Que tengan constancia en todo lo que hacen y que piensen que el fracaso no existe, pues se trata de momentos que a veces hay que vivir para tener la experiencia suficiente, empezar otros nuevos y darle otro giro a su perspectiva o idea”.