Con bioplástico a partir del nopal, Sandra Pascoe recibe premio a la invención mexicana
La investigadora fue ganadora del “1er. Premio IMPI a la Invención Mexicana”, en la categoría Tecnología Verde, por este bioplástico que puede usarse en cubiertos desechables, recubrimientos para platos de cartón, manteles, bolsas y empaques secos.
Sandra Pascoe Ortiz. Foto tomada de Good Morning America/Karla F. Quiñones.
En un evento realizado de manera remota, Juan Lozano, director General del IMPI, dio a conocer los nombres de los ganadores del 1er. Premio IMPI a la Invención Mexicana, en una ceremonia que coincidió con la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
En la categoría “Tecnología verde”, fue premiada Sandra Pascoe Ortiz, por su invención de “Mezcla y proceso para elaborar un material plástico biodegradable”.
Esta creación permite que, a partir de jugo de nopal, sábila u otras suculentas, mezclado con aditivos, se desarrolle un producto plástico que puede ser utilizado en cubiertos desechables, recubrimientos para platos de cartón, manteles desechables individuales o en bolsas y empaques secos, entre otros productos.
Sandra Pascoe es profesora investigadora de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa) en Guadalajara. La especialista indicó, en entrevista hace algunos años con la Agencia Informativa Conacyt, que el desarrollo de este bioplástico derivado del nopal inició tras observar el mucílago que segrega la planta, es decir, la sustancia viscosa que se encuentra en algunas especies. La idea primaria era buscar un sustituto para las bolsas plásticas de uso diario; no obstante, aún faltaba determinar la materia prima para iniciar la investigación.
En un principio se proyectó la idea de trabajar con tres plantas: el nopal y la sábila, elegidos por su rápida producción y abundancia en Jalisco, y el pitayo, por ser una especie regional; sin embargo, esta última fue descartada porque la mayor concentración de mucílago que contenía se encontraba en la cáscara de su fruto, que se cosecha únicamente en ciertas temporadas del año.
Posteriormente, inició con el tratamiento de nopal, que también fue seleccionado para el proyecto debido a su simbolismo mexicano y a que es una planta que puede ser fácilmente producida, en caso de necesitarse como recurso para experimentación.
“Lo que hice fue probar algunas formulaciones de mezclas, no llegar a lo mejor a la polimerización, pero sí que se mejoraran las características de la baba del nopal, y con eso fue con lo que empecé a trabajar”, relata Pascoe.
Para la producción del bioplástico derivado del nopal, la maestra Sandra Pascoe asegura que la materia prima que se utiliza en la elaboración de este producto puede obtenerse con un extractor de jugo, de donde se toma el líquido más espeso para empezar con el desarrollo de este material.
Luego se le agregan sustancias como glicerina, proteínas naturales y, en algunos casos, se usan colorantes de origen natural para mejorar la estética del producto. La maestra Pascoe menciona que se ha experimentado con las proporciones de los materiales para obtener una consistencia más acorde con las características deseadas.