Accudyn de México, tras mercados de alto valor en inyección
Hace 10 años, cuatro industriales mexicanos formaron empresa. Luego de estar al borde de la quiebra, un inversionista los catapultó, y hoy van tras los mercados más exigentes con inyección de doble disparo. Su historia es de telenovela, con final feliz.
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Con 258 empleados y un diverso portafolio de clientes en las industrias automotriz, eléctrica y de consumo, Accudyn de México es una reconocida empresa del corredor de plásticos de Chihuahua.
Justamente este año, la empresa acaba de ingresar al exigente mercado médico, con una pieza fabricada mediante inyección de doble disparo. Sin embargo, no todo han sido gloriosos para los cuatro socios mexicanos de la compañía, que hace diez años formaron una empresa con sus propios recursos y estuvieron a punto de perderlo todo, hasta que un giro inesperado los encaminó a donde están ahora.
Los cuatro socios mexicanos coinciden en que el secreto del éxito para afrontar los malos y los buenos tiempos ha sido la combinación de talentos entre ellos, pues cada uno tiene una función particular a partir de su experticia.
Sergio Valdez se encarga de la parte de ingeniería de procesos y herramentales; Víctor Leal se ocupa de todo lo relacionado con mantenimiento de maquinaria y sistemas de información; Emilia Mélendez está en temas de calidad y administración financiera, mientras que Albino Rivas administra la planta y lidera los temas comerciales.
Sin duda, conocer los orígenes de lo que hoy es Accudyn de México hace el relato más ameno y le da una perspectiva más interesante a sus logros técnicos actuales.
Los inicios y la crisis
Luego de trabajar por muchos años en empresas del plástico en Chihuahua, los cuatro colegas decidieron juntarse en 2005 para fundar FAN Plásticos, una compañía de inyección que funcionaría bajo el concepto de subcontratación, una actividad de alta demanda por aquella época en la zona. “La idea era ofertar servicios de inyección a compañías de alto volumen que tenían productos de temporada”, recuerda Emilia Meléndez.
“Los cuatro hicimos aportaciones de capital. Vendimos bienes y terrenos para realizar el proyecto”, asegura Albino Rivas. “Compramos inyectoras usadas de muchos años. Una la trajimos de Querétaro, y recuerdo que nos costó más el transporte que la misma inyectora”, comenta entre risas Sergio Valdez.
Después de tocar muchas puertas, tuvieron su primer cliente. Se trataba de un fabricante de piezas para jacuzzis, pero la producción duró solo tres meses. “Lo que inició con gran alegría se nos terminó muy rápido, pues cuando el contrato finalizó teníamos toda la producción parada”, recuerda Emilia Meléndez.
“En la zona de frontera no es fácil que se le abran las puertas a la proveeduría nacional porque todas las empresas son maquiladoras, y las decisiones de negocio no se hacen en México sino en Estados Unidos”, enfatiza Víctor Leal.
“Tocamos muchas puertas, sin éxito. La mayoría de las compañías no nos tomaban en serio. Cuando eres una empresa pequeña, nueva y nacional es muy difícil. Luego de varios meses en los que no teníamos ni para pagar la renta, ya estábamos pensando en cerrar. Llegamos a ese punto”, agrega Albino Rivas.
Un giro inesperado
En octubre de 2006, un amigo del grupo, con contactos en Estados Unidos les habló de Accudyn LLC, una compañía en Erie, Pensilvania, que pertenecía a un matrimonio de empresarios al que un cliente de la industria electrónica les había pedido abrir una planta en México.
“Al comienzo, ellos no estaban seguros de invertir en México porque tenían dudas y prevenciones. Afortunadamente, cuando nos conocimos hubo química. Así, en enero de 2007 nos hicieron una oferta por la compañía que habíamos fundado y nos compraron el 50% de las acciones”, comenta Víctor Leal.
De la unión de Accudyn LLC y Fan Plásticos nació Accudyn de México. Desde entonces, los cuatro socios y amigos han presenciado un crecimiento acelerado de su proyecto. De una propiedad de 5,000 metros cuadrados pasaron a una de 10,000, y de tener seis empleados hace ocho años ahora tienen 258. Así mismo, su capacidad instalada ha aumentado casi al doble en el último año y medio.
“Además del soporte económico, la unión con Accudyn nos trajo el prestigio de sus años de experiencia para encontrar clientes nuevos. Ya llevamos nueve años de una relación exitosa de ganar-ganar, a través de coinversión”, comenta Emilia Meléndez. “Para nuestros socios fue una gran apuesta hacer negocios en México, y hoy es un proyecto exitoso”, agrega Víctor Leal.
Igualmente destacan, como fundamental, la buena relación con sus socios en Estados Unidos. “Nosotros tenemos ímpetu, nuevas ideas y conocimiento del mercado en México. Ellos nos aportan solidez y experiencia. Compartimos valores similares de cómo vemos el mercado y el negocio”, aseguró Víctor Leal.
Crecimiento y nuevas capacidades instaladas
Con un crecimiento en negocios a pasos agigantados y la premura de atender un mercado tan demandante como el de piezas electrónicas, Accudyn de México tuvo que renovar y ampliar su capacidad instalada con la misma velocidad. Destaca Víctor Leal que iniciaron con cinco máquinas usadas, y hoy tienen 41 prensas, de 60 a 1,000 toneladas de fuerza de cierre, de las cuales 90% son nuevas.
“Las primeras inyectoras, hasta la número 11, fueron usadas, bien sea compradas a terceros o transferidas de nuestro socio en Estados Unidos. Luego, llegó un punto en el que necesitábamos migrar a equipos más modernos porque los procesos lo demandaban, pero como la economía no era tan amplia, tomamos la decisión de comprar equipo asiático nuevo. En su momento nos resultó bien, y así llegamos a nuestra inyectora número 21. Luego, llegamos a otro punto de madurez, en el que debíamos buscar una tecnología diferente. Fue entonces cuando iniciamos una nueva relación ganar-ganar, esta vez con nuestro aliado tecnológico Wittmann-Battenfeld”, comentó Leal.
Wittmann Battenfeld se había acercado a la empresa años atrás, pero en ese entonces no estaba en posición de comprar. El contacto siguió, y luego de que algunos procesos llevaron a Accudyn de México a revisar sus tecnologías, adquirieron algunos robots para manejar piezas cosméticas, que se manchaban fácilmente al tacto.
“En ese momento estábamos renuentes a escuchar de las máquinas. Sin embargo, una vez que probamos la primera máquina, estuvimos complacidos y notamos mejoras en los ciclos. Además, en cuestión de tecnología nos arroja información del proceso, que nos permite hacer diversos análisis”, comenta Leal, a cargo de mantenimiento y sistemas de información.
Accudyn de México visualizó que les esperaba un crecimiento importante, y fue entonces cuando decidieron establecer una cooperación tecnológica con Wittman-Battenfeld.
“Hemos hecho una muy buena relación con ellos, y nos dan mucha flexibilidad. Desde el principio siempre estuvo presente el soporte y el acompañamiento. Nos sentimos muy bien porque las negociaciones son directas y rápidas. Actualmente tenemos de ellos 15 robots, 10 inyectoras, termorreguladores, cargadores, molinos, mezcladores gravimétricos y chillers”.
Víctor Leal comparte una experiencia que, según señala, resume muy bien el alcance de esta alianza: “Un cliente necesitaba mover 4 o 5 moldes y nosotros estábamos en el arranque de nuestra nueva planta. No estábamos listos, pero era una oportunidad importante.
Recurrimos entonces a Wittmann-Battenfeld. Una llamada telefónica bastó para que de jueves a sábado estuviéramos recibiendo unas máquinas nuevas que se instalaron el domingo, y que el lunes ya sacaron las piezas del cliente. El soporte y la disposición de querer hacer negocio por parte y parte, ha logrado que la relación sea plena. Nuestro cliente estuvo muy sorprendido por el nivel de respuesta que tuvimos, y Wittmann nos soportó en esa decisión”.
Un nuevo reto tecnológico
Una compañía estadounidense dedicada a tratamientos dentales de vanguardia vio las ventajas logísticas y de costos de reubicar en México, cerca de su planta en Ciudad Juárez, la producción de una pieza que venía fabricando en China, y contrató a Accudyn de México para esta tarea.
Se trata de la funda de un escáner dental, que se introduce en la boca de los pacientes para tomar las imágenes de los dientes (lo que en procesos tradicionales se logra con la masilla para tomar las impresiones).
La información recolectada por el escáner es enviada a Costa Rica, por vía electrónica, donde se diseñan unas férulas dentales personalizadas para un tratamiento moderno de ortodoncia, que reemplaza a los brackets o frenos en la alineación de los dientes. Los diseños son enviados, nuevamente por forma electrónica, a Ciudad Juárez, donde se fabrican las férulas con el paso a paso del tratamiento para cada paciente.
La funda del escáner, un dispositivo de uso único y desechable, es una pieza clave de este nuevo tratamiento de alto nivel, razón por la cual su fabricación es de suma exigencia. Por ser una pieza visible al paciente y en contacto con su boca, la apariencia y los acabados deben ser impecables.
Así mismo, el ensamblaje de los componentes debe ser preciso, pues una deficiencia podría ocasionar que el vapor de la boca del paciente empañe el lente de la cámara e impida la captura de las imágenes.
La funda está compuesta por tres componentes: la nariz, el marco y el vidrio. Al inicio del proyecto Accudyn de México entregará la nariz y el marco, para que su cliente, posteriormente, ensamble el vidrio con el marco. No obstante, está previsto que más adelante también se encargue de esa operación y pueda entregar la funda totalmente terminada.
El marco, la pieza más compleja, es fabricada mediante inyección de doble disparo, en una máquina Wittmann Battenfeld, especialmente diseñada para ese molde. El molde fue fabricado en cercanías de Hong Kong. No es una pieza de cuarto limpio pero tiene un manejo especial al del resto de la operación.
Este proyecto requirió de un trabajo conjunto entre Accudyn de México y Wittmann Battenfeld para lograr el acople entre el diseño del molde y la máquina de inyección.
“Este tipo de máquinas son un traje a la medida para lo que el cliente está solicitando. Pueden trabajar otros moldes, pero la configuración inicial se realiza para los requerimientos puntuales del proyecto”, asegura Héctor Gándara Ayala, gerente de ventas y servicio técnico de Wittmann Battenfeld Maquilas Inc.
La prensa de inyección es una máquina de doble disparo con 65 toneladas de fuerza de cierre, que consta de una unidad horizontal y una unidad vertical, a 90 grados. La platina en el lado móvil gira para inyectar el primer material (ABS), y luego vuelve a girar e inyecta el segundo material (santopreno).
El expulsor fue diseñado para trabajar de tres maneras: expulsar en la parte superior del plato giratorio, en la parte de abajo y, en caso de que la máquina corra con una sola inyección, poder expulsar de manera tradicional. Es una máquina híbrida, con un motor servo acoplado a la bomba para asegurar que el plato giratorio pueda rotar con mayor precisión. Uno de los dos modelos del marco se fabrica en un molde de 4 cavidades, con un tiempo de ciclo de aproximadamente 38 segundos.
Entre los principales retos tecnológico del proyecto, ambas partes destacaron: acoplar el tamaño del molde con la platina giratoria, configurar los movimientos necesarios del giro para que pueda entrar el segundo material y controlar el tamaño de disparo para lograr estas piezas de bajo peso.
Por su parte, la nariz es fabricada en una inyectora convencional de 300 toneladas, con un molde de cuatro cavidades.
Sergio Valdez destaca que con este proceso puntual de doble disparo para la fabricación de la funda, Accudyn de México será uno de los pioneros en ofrecer esta tecnología para el mercado dental en la región, pues ahora casi todos los proyectos similares están en China.
“La pieza fue diseñada en India y se manufacturaba en Asia, pero ahora la vamos a hacer en México. Esta es una gran tendencia ahora. Indudablemente China tiene muchas ventajas de precio, pero está muy lejos de los principales clientes. En México tenemos una ventaja competitiva con nuestra ubicación y con nuestras capacidades tecnológicas”, aseguró Albino Rivas.
Al respecto, Emilia Meléndez comentó que desde 2008 Accudyn de México ha logrado reubicar varios moldes que antes estaban en China. “Hemos trabajado muy fuerte en la mejora de nuestros procesos logísticos, y ahora somos nosotros quienes embarcamos a China”.
Lo que viene en el futuro
La diversificación de mercados es una prioridad para Accudyn de México. “Es cómodo manejar un cliente o tener un solo material para 15 inyectoras, cuando el mercado está bien, pero cuando la economía no está bien te afectas completamente. Todos veníamos de trabajar en la industria automotriz por mucho tiempo, y nos tocó ver cómo compañías que estaban casadas con un único cliente y un único sector sufrieron los estragos del déficit de 2008.
Eso fue una lección aprendida para todos y siempre lo platicamos: hay que buscar diferentes mercados. Es difícil, pero nos ha catapultado a lo que hoy somos. Esta diversidad nos da más estabilidad”, aseguró Víctor Leal. Actualmente el portafolio que manejan es 50 % automotriz y 50 % no automotriz (electrónico, construcción, iluminación, alimentos y ahora médico).
De acuerdo con Albino Rivas, estratégicamente tienen identificado que se orientarán a la fabricación de piezas con mayor complejidad. “Necesitamos entrar a estos mercados. Por ejemplo, estamos empezando a hacer tanques para radiador, que es un proyecto complejo porque lleva insertos de bronce que deben ponerse en el molde antes de inyectarse. Los procesos son bastante exigentes y tienen que ser muy precisos”, añadió.
Así mismo, están en etapas finales para iniciar la producción de cajas de fusibles para una reconocida OEM de origen alemán, y también continuarán con las aplicaciones ‘under the hood’ que han venido realizando en años recientes.
Dentro de este plan de diversificación, la industria médica es sumamente atractiva para la compañía, y un primer paso en esa dirección ha sido justamente la fabricación de la funda para el escáner, que ya los ha puesto en otro nivel.
“En el ramo médico todavía puedes vender las piezas de plástico a lo que realmente valen y manejar tu propio margen. Otras industrias son cada vez más agresivas en precios. Por eso urge moverse a lo médico y estamos seguros de que con los dos clientes que ya tenemos va a empezar a llegar más gente”, puntualizó Sergio Valdez.
Los cuatro socios finalizan diciendo que, así como desde sus orígenes, también para el futuro la clave será la gente que trabaja con ellos. “Tenemos una fuerza laboral que ha crecido con nosotros desde al año cero y las apoyamos con un programa de becas a nivel operativo, preparatoria, escuela técnica, universidad y maestría”, asegura Sergio Valdez.
“La tecnología funciona con personas y para que las cosas sucedan, las personas tienen que estar contentas y a gusto”, puntualiza Víctor Leal.
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