El Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), el centro de investigación con la cartera de servicios científicos y tecnológicos más integrada de México en el área de los polímeros, celebra en 2021 su aniversario número 45. Y tras casi dos años especialmente retadores. Para hablar de esto y de los retos a futuro conversamos con Oliverio Rodríguez Fernández, director de la reconocida institución, acerca de sus inicios y de cómo el Centro ha enfrentado los cambios, a través de los años, del sector de polímeros y materiales avanzados.
La gestación del CIQA se dio en el año de 1972 cuando la Comisión Nacional de Zonas Áridas, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México iniciaron un proyecto para impulsar el desarrollo de las zonas áridas de México. Pero solo el 2 de noviembre de 1976 salió publicado en el Diario Oficial de la federación el decreto de creación del Centro después de incontables esfuerzos por continuar con la investigación del guayule con excelentes resultados.
“El CIQA nace con el propósito de aprovechar los recursos naturales de las zonas áridas del desierto chihuahuense, a decir: gobernadora, cera de candelilla, aceite de jojoba, fibra de palma, guayule, entre otros. Eso fue lo que permitió la creación del CIQA”, comentó el director.
Hoy, la institución, que se ha especializado en el desarrollo de nuevos y mejores materiales poliméricos abarca toda la cadena de valor del plástico, desde su obtención en un laboratorio, proceso conocido como síntesis, hasta su transformación en un producto final. Actualmente desarrolla materiales compuestos nanoestructurados con características para ser considerados materiales inteligentes, es decir, que responden a un estímulo.
Oliverio Rodríguez recuerda cómo, después del éxito obtenido con las investigaciones realizadas alrededor del hule de guayule, empezaron a desarrollar y publicar estudios alrededor de múltiples materiales y diversas mezclas. Esto, en sus palabras, “ha derivado en un especial énfasis sobre el uso de estos materiales en aplicaciones hacia grandes programas de investigación que tratamos de consolidar y otros que apenas iniciamos, relacionados con áreas de salud, energía, sector agroalimentario y temas de medioambiente. Así, buscamos materiales que puedan tener una funcionalidad para atender estos temas prioritarios en el desarrollo del país”.
El reto de la pandemia
“Considerando que nuestro trabajo es experimental, el no tener acceso a las instalaciones del CIQA fue un gran reto, puesto que teníamos compromisos ya establecidos en proyectos con el sector productivo, la formación de recursos humanos y la divulgación del conocimiento, entre otros. Tuvimos que hacer una reestructuración en la manera de trabajar”, manifestó el directivo.
Como en otras esferas laborales, se tuvo que privilegiar el uso de los medios digitales y compartir experiencias con otras instituciones, además de diseñar una estrategia, una metodología de trabajo cooperativo y a la distancia. Por ejemplo, los cursos y programas se organizaron para ser adquiridos y desarrollados virtualmente.
El CIQA tiene un edificio dedicado a los temas y actividades relacionados con la síntesis de polímeros.
Sin embargo, “se deben reconocer el trabajo y el esfuerzo de la gente. Se cumplieron las metas académicas estipuladas para 2020. En términos de publicaciones, por ejemplo, la meta era de 105 y se lograron 129 publicaciones. Esto significa, en términos prácticos, más de dos publicaciones por investigador. En cuanto a los proyectos, teníamos contemplado realizar 45 y se lograron 52 proyectos, lo cual representa, en números cerrados, un proyecto por investigador”.
“En términos de formación, y dado que por la pandemia tuvimos que cerrar el acceso para estudiantes de licenciatura, les dimos prioridad a los programas de posgrado del CIQA y, afortunadamente, se pudieron graduar todos los alumnos que teníamos comprometidos de posgrado, que eran 37”, continuó Rodríguez Fernández.
También, en lo que va corrido de la pandemia, se inscribieron y solicitaron 31 nuevas patentes y 20 derechos de autor. Virtualmente se realizaron más de 200 actividades de divulgación y difusión del conocimiento para el público.
Por otro lado, adaptándose a esta nueva realidad, el Centro trabajó muy de cerca con empresas que requirieron apoyo en la evaluación de sus materiales y, eventualmente, en su certificación para, por ejemplo, la producción de mascarillas, indumentaria hospitalaria o la fabricación de geles y antisépticos para evitar o disminuir el contagio del virus. La situación ha permitido, por tanto, explorar nuevos proyectos en los que están inmersos los polímeros, como telas no tejidas en las que podemos impregnar nanopartículas que inhiben la formación de virus.
Un futuro prometedor
Temas como la economía circular y la Industria 4.0, que engloban sistemas tecnológicos, socioecológicos y de sustentabilidad, se apoyan transversalmente con proyectos de gestión del agua, la soberanía alimentaria, el manejo de desechos, toxicidades, transición energética y cambio climático.
Por eso, el directivo considera muy importante insistir en estas iniciativas que requieren la confluencia de muchos actores para llegar a una economía circular, además de políticas públicas que les orienten.
Por otro lado, y de cara al futuro, Oliverio Rodríguez Fernández nos habla de algunos de los proyectos en curso del Centro. “Tenemos dos o tres proyectos muy significativos. Uno de ellos, el de hemodiálisis. Sabemos que México es, desafortunadamente, uno de los países con más problemas renales en el mundo. Por lo tanto, nuestros investigadores trabajan en el diseño de filtros basados en nanotecnología, con polímeros que ya hemos demostrado en laboratorio con pruebas modelo que son materiales muy eficientes para remover los contaminantes que se producen en los procesos fisiológicos del cuerpo humano. Por el momento trabajamos con las autoridades y otros entes y centros de investigación que apoyen con las evaluaciones preclínicas y clínicas”.
El Centro también trabaja en otros proyectos para el área de la salud, como la liberación controlada de medicamentos. Se han desarrollado unas nanocápsulas con medicamentos que puedan ser liberados controladamente para tratamiento, por ejemplo, de enfermedades como el cáncer o la diabetes.
En el frente energético, los dos laboratorios nacionales del Centro trabajan en la obtención de materiales compuestos, ultraligeros. También desarrolla materiales nanoestructurados para aplicaciones de energía, de tecnologías para producir biocombustibles a partir de fuentes renovables e, incluso, de desechos, además de materiales desarrollados con polímeros para el almacenamiento de energía solar y térmica, así como de componentes para sistemas de celdas solares. Es decir, la investigación y el desarrollo en el Centro no para. Y hay muchos otros proyectos enfocados en temas de vital importancia para el avance de la investigación científica del país.
Por otro lado, para el directivo, uno de los retos más importantes que enfrenta el CIQA es convencer a los diferentes actores que participan en el desarrollo de las investigaciones, de la importancia de continuar con esta labor. También el mantenimiento del recurso humano involucrado es fundamental, por lo que el involucramiento de investigadores jóvenes constituye una prioridad.
Una celebración académica
La conmemoración el aniversario número 45 es el escenario perfecto para la promoción de diversos proyectos académicos que invitan a actores importantes, nacionales e internacionales. El Centro también trabaja en la organización y divulgación de talleres y laboratorios virtuales.
Además, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) en conjunto con la Sociedad Multidisciplinaria en Ciencias Agronómicas Aplicadas y Biotecnología (SOMUCAAB) y el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional (CEPROBI), invitan al 3er Congreso y 5to Encuentro Nacional de la Red de Vinculación de SOMUCAAB.
El evento se llevará a cabo el 24, 25 y 26 de noviembre de 2021, en modalidad virtual, y su objetivo será difundir las actividades científicas que se desarrollan en instituciones nacionales e internacionales, a través del acercamiento, la interacción y el encuentro virtual entre estudiantes, técnicos, profesionistas, docentes e investigadores interesados en intercambiar opiniones en torno al desarrollo sustentable, las ciencias agronómicas y la biotecnología.
Por otro lado, se preparan actividades deportivas y retos de salud para el personal del CIQA. “Estamos convencidos de que en la medida en que nuestro personal se mantenga saludable podemos ser más productivos”, afirma el directivo.
Lo cierto es que la gestión del CIQA, durante todos estos años, ha redundado en el crecimiento y desarrollo de la transferencia de conocimiento de la academia al sector productivo, la protección de la propiedad intelectual y la formación de recurso humano mexicano.
En esta línea de tiempo Oliverio Rodríguez Fernández relata los principales hitos y logros alcanzados por el CIQA en sus 45 años de historia:
- A finales de los años setenta y principios de los ochenta se logró un reconocimiento internacional gracias a los resultados científicos, en el área de recursos naturales, específicamente del hule de guayule. En ese entonces se generó una gran cantidad de publicaciones e, incluso, se otorgaron algunas patentes.
- En 1976 se dio un primer convenio de colaboración con la Universidad de Akron, en Ohio, Estados Unidos, también reconocida por sus investigaciones en hule de guayule y polímeros.
- En 1980 se desarrolló el programa de plásticos en la agricultura, del que el CIQA fue pionero en el país, en un trabajo conjunto con PEMEX y con el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
- El periodo comprendido entre 1984 y 1986 también resultó relevante gracias a que, durante esa etapa, el CIQA fue reconocido como centro de desarrollo tecnológico, y buscó la vinculación con la industria química nacional, sin dejar de hacer investigación básica. Esto implicó un nuevo enfoque hacia los polímeros y hacia las especialidades químicas relacionadas con ellos.
- En el periodo de 1987 a 1989 se llevaron a cabo los primeros procesos de planeación estratégica con los que se logró inculcar una filosofía y una cultura de trabajo basada en la planeación, que resultó muy beneficiosa en términos de resultados.
- El año 1993 fue especialmente destacable en varios frentes: se dio la creación del diplomado en Polímeros para personal de la industria de los polímeros, que sigue vigente con certificación y acreditación de la Secretaría de Educación Pública. También se logró la certificación ISO y la acreditación mexicana de los laboratorios. Por último, durante este año se adquirió el primer microscopio electrónico. En la actualidad, el Centro cuenta con cuatro de estos equipos como punta de lanza para hacer investigación de primer nivel.
- En 1995 nació el primer doctorado en Polímeros del país en el CIQA.
- En 2006 se reestructuró el CIQA con el objetivo de realizar investigaciones en ciencia básica, aplicada, desarrollo experimental e innovación tecnológica.
- En 2013 el Centro participó en la creación de la Oficina de Transferencia de Tecnología, encargada de coordinar esfuerzos en términos de transferencia y de generación de propiedad intelectual, así como del seguimiento de todo lo que ello implica.
- En 2014, con el objetivo de mejorar la rentabilidad de productos y procesos industriales, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), PEMEX, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) unieron fuerzas para inaugurar el Laboratorio de Asistencia Técnica de Pemex Petroquímica (PPQ) en el Instituto Mexicano del Petróleo. También en 2014 el Centro consiguió la aprobación de su propuesta para disponer de un campo experimental agrícola fuera de sus instalaciones urbanas. Por último, en 2014, el CIQA fue reconocido entre las cuatro instituciones que más patentan en el país.
- En 2015 el Centro logró licenciar sus dos primeras patentes.
- En 2016 el Centro fue galardonado con el Premio Nacional de Tecnología e Innovación en la modalidad de Modelo de Gestión. Este premio, otorgado por la Secretaría de Economía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, es considerado el máximo reconocimiento que otorga el gobierno federal a las organizaciones que cuentan con procesos ejemplares en el marco del modelo de gestión de tecnología e innovación.
- En 2017 el CIQA logró la coordinación de dos laboratorios nacionales para el desarrollo científico y la innovación en temas fundamentales. Se establecieron en asociación a fin de expandir las capacidades científico‐tecnológicas de diferentes grupos de investigación. Se trató del Laboratorio Nacional de Materiales Grafénicos (LNMG) y el Laboratorio Nacional en Innovación y Desarrollo de Materiales Ligeros para la Industria Automotriz (LANIAUTO). También en este año, el directivo destaca la promoción y seguimiento de las tecnologías desarrolladas en el CIQA y su transferencia al sector productivo o al sector social.
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