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Con el objetivo de estimular el crecimiento económico y la generación de empleos y, al mismo tiempo, hacer frente a la problemática generada por el cambio climático, el Congreso capitalino aprobó la nueva Ley de Economía Circular de la Ciudad de México.
El Congreso capitalino aprobó la nueva Ley de Economía Circular de la Ciudad de México.
Crédito: SEDEMA CDMX.
Asimismo, se aprobó la reserva al artículo 8 propuesta por el diputado Jesús Sesma Suárez (Asociación Parlamentaria Alianza Verde Juntos por la Ciudad) para que el gobierno local otorgue incentivos fiscales a los sectores productivos que “le apuesten al cuidado del medio ambiente y a las nuevas tecnologías”.
El dictamen representa un proceso de parlamento abierto en que participaron en más de 20 reuniones técnicas, empresarios y expertos, además que se atendieron 84 observaciones.
De acuerdo con la ley aprobada en el Congreso capitalino, la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido.
“De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende. En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible”, se lee en el documento.
La Ciudad de México es la única entidad federativa que ha logrado la aprobación de una ley de economía circular con un enfoque integral como el que prevé la circularidad.
Al exponer el dictamen a nombre de las Comisiones Unidas de Desarrollo Económico y de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, la diputada Esther Silvia Sánchez Barrios expresó que la economía circular “revoluciona la forma en que diseñamos, producimos, consumimos y reutilizamos”.
Por su parte, la legisladora Tania Nanette Larios Pérez, presidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, señaló que en la elaboración del dictamen hubo consenso, unidad en la pluralidad y voluntad de todos los actores involucrados para cambiar la forma de producir, consumir y desechar.
Al razonar su voto, la legisladora Polimnia Romana Sierra Bárcena consideró necesario incorporar en la normativa el concepto de obsolescencia programada, a fin de encontrar un equilibrio entre la producción, el consumo y la generación de fuentes de empleo.
Mientras que la diputada Guadalupe Chávez Contreras aseguró que con esta ley se da cumplimiento a los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, además de ir más allá del reciclaje, porque incluye los principios de rediseño, reparación, reutilización y remanufactura, además de incentivar la educación, investigación científica e innovación.
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