Con tecnologías de punta, PetOne apuesta por la circularidad del PET
PetOne, una de las empresas mexicanas más importantes en la industria del reciclaje de PET botella a botella, ha logrado con maestría un proceso de producción que aprovecha la totalidad de materiales recuperados y genera cero desperdicios. En su propósito de lograr una mayor circularidad del PET, se prepara para el gran reto de aumentar su capacidad productiva.
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El éxito en la industria del reciclaje de PET depende de diversos factores, como visión, conocimiento profundo de las tecnologías disponibles, aseguramiento de un mercado y una estrategia sólida de acopio de los materiales para procesar.
Con gran disciplina y enfoque, PetOne ―empresa dedicada al reciclaje de PET botella a botella― ha sobresalido en todos estos aspectos y hoy, cuando la totalidad de su capacidad productiva ya está comprometida comercialmente y las tendencias pronostican un incremento en la demanda de materiales reciclados, prepara un plan para expandir su planta.
Tuvimos la oportunidad de visitar la planta de PetOne en Acatlán de Juárez, Jalisco, y de conocer de primera mano sus procesos, que incorporan equipos y consumibles de vanguardia para la producción de resina RPET (tereftalato de polietileno reciclado) grado alimentario, para importantes clientes como Danone, PepsiCo, Unilever, Nestlé, Keurig Dr Pepper, Jarritos, Red Cola y Skarch, por mencionar algunos.
La visión es el punto de partida
PetOne nació como una iniciativa de integración vertical dentro del grupo empresarial Corporativo AGA GAMI, cuyas divisiones industriales también abarcan bebidas, cítricos, concentrados y bases para la industria alimentaria. Hacia 2012 la compañía tuvo la visión de anticiparse a la creciente preocupación en torno al compromiso y responsabilidad ambiental que tienen las empresas generadoras de empaques y envases plásticos. En ese entonces comenzaba la inquietud por incrementar la incorporación de materiales con contenido reciclado posconsumo en la fabricación de envases, más específicamente de botellas de PET, y el grupo identificó una oportunidad.
“Luego de cerca de dos años de una ardua labor de investigación y análisis para conocer las mejores prácticas y tecnologías para el reciclaje del PET en el mundo, la alta dirección del grupo tomó la determinación de invertir en una instalación y tecnología de clase mundial, con el fin de asegurar la mejor calidad y productividad posibles para este proyecto. Es así como en el primer trimestre de 2015 inició operaciones la planta de PetOne con una primera línea para la producción de RPET”, comentó Raúl Chávez Ashida, director de operaciones.
El crecimiento de PetOne ha sido tan dinámico como la demanda de los materiales reciclados, que cada vez tienen mayor auge entre las grandes compañías dueñas de marca que han basado sus estrategias de sustentabilidad para envases en el uso de estos materiales.
Así, en su primer año de operación la planta de PetOne consolidó la productividad total de su línea de hojuela lavada y detonó los protocolos de calidad para someter a validación y aceptación su resina RPET por parte de sus primeros clientes.
En PetOne se genera valor al reintegrar a la cadena productiva los envases ya utilizados de PET desechados por el consumidor final, mediante la utilización de tecnología y procesos de reciclaje de clase mundial, lo que permite alcanzar un nivel óptimo dentro de la economía circular del PET con grado alimentario.
La capacidad productiva de PetOne, de 18 mil toneladas de RPET al año, ya está completamente vendida.
Gracias a PetOne, la resina reciclada de PET posconsumo se puede reincorporar al proceso de fabricación de envases, ya sea en las instalaciones de la propia división de bebidas del grupo, o en las plantas de sus clientes en las que se fabrican preformas y envases, se llenan y distribuyen las bebidas. “Los consumidores de bebidas las utilizan y desechan y nosotros las adquirimos de los acopiadores para reciclarlas a fin de obtener nuevamente resina grado alimentario con la que se repite todo el ciclo”, comentó Chávez Ashida.
Hacia 2017 consolidó la operación y alcanzó la saturación de su capacidad instalada, pues ya tenía comprometida comercialmente la totalidad de su producción de RPET para atender una cartera de clientes de clase mundial.
Tecnología de vanguardia para un proceso sin mermas
Con el fin de producir resina RPET apta para contacto con alimentos, PetOne desarrolló una combinación de sistemas, tecnologías y consumibles que permiten lograr un proceso a punto, que se compone de las siguientes etapas:
- Prelavado. Es un proceso de descontaminación de los envases de PET de posconsumo y se clasifica como área gris. Las botellas pasan por trampas magnéticas para eliminar cualquier material metálico. Después se aplica agua caliente y sosa para remover etiquetas. Se retiran todos los materiales que no sean de PET y que contengan cualquier contaminante a la vista.
- Molienda, lavado y flotación. Las botellas son pasadas a molienda para convertirlas en hojuela. Este proceso termina en un nuevo lavado de la hojuela con agua, sosa y detergentes de grado alimentario para remover toda suciedad y, posteriormente, mediante flotación cualquier etiqueta o tapa que hayan quedado remanentes. Aquí se utiliza un producto químico conocido como surfactante.
- Extrusión (amorfo). La hojuela pasa a sorteo para seleccionar aquellas hojuelas que cumplen la especificación de color y donde, además, se controla la posible presencia de otros plásticos. Posteriormente, dicha hojuela se funde, se filtra y se retiran todos los contaminantes físicos, para asegurar que la resina reciclada alcance niveles de pureza equivalentes a los de la resina virgen. Se hacen espaguetis, se cortan en pequeños trozos y se obtienen así chips traslúcidos, llamados pellet amorfo.
- Policondensación en estado sólido. Al pellet amorfo se le aplica nitrógeno a más de 180 °C para convertir el pellet del estado amorfo al cristalino y lograr una descontaminación completa. Enseguida se enfría con aire a menos de 70 °C y se procede a su almacenamiento final como producto terminado.
Si bien el producto terminado de la planta es básicamente la resina reciclada de PET de grado alimentario, en PetOne se producen tres tipos de RPET, diferenciados en función de su viscosidad intrínseca:
- RPET de baja viscosidad, apto para la fabricación de botellas para agua embotellada.
- RPET de viscosidad intermedia, apto para la fabricación de botellas para bebidas carbonatadas.
- RPET de alta viscosidad, apto para la fabricación de envases para contener grandes volúmenes (como el garrafón de 20 litros). PetOne asegura que su resina de alta viscosidad con 15 % de RPET se empleó para producir el primer garrafón en México con contenido reciclado posconsumo.
De acuerdo con el ingeniero Raúl Chávez Ashida, en PetOne se utiliza solo tecnología de punta para las diferentes etapas de su proceso de reciclado, proveniente en su totalidad de fabricantes europeos, reconocidos en el sector del reciclaje para contacto con alimentos a escala mundial.
“Con nuestros proveedores hemos establecido relaciones que van más allá de la mera proveeduría, y hemos consolidado vínculos sólidos al grado de convertirlos en verdaderos aliados tecnológicos, que nos brindan respaldo y asesoría permanentes para asegurar el funcionamiento y desempeño óptimo de sus equipos”, comentó Chávez Ashida.
Lograr el ensamble actual de sistemas, equipos y consumibles para desarrollar la división de plásticos del grupo requirió un arduo trabajo de investigación en tecnología de procesos de reciclaje, la visita a plantas en Europa, la revisión con clientes potenciales y la visita a diversas ferias industriales.
Para su línea de lavado trabajan con equipos de Sorema Previero, cuentan con sistemas de extrusión del alemán Extricom y con sistemas de Buller para el proceso de policondensación de estado sólido. Para los diferentes puntos de sorteo disponen de sistemas de clasificación de Tomra.
En la parte de consumibles han trabajado con un detergente de MacDermid Enthone, cuya función es limpiar la hojuela según todos los protocolos para contacto con alimentos.
En la parte de consumibles han trabajado con los productos de MacDermid Enthone desde el inicio de sus operaciones. Se trata de un detergente cuya función es limpiar la hojuela según todos los protocolos para contacto con alimentos. Trabajan también con un surfactante que ayuda en el tanque de separación a hacer más eficiente la separación de otros materiales. El producto rompe las microburbujas para que el PET caiga y la etiqueta y la tapa se humecten y se separen por densidad.
“Para nosotros, la calidad del producto terminado es prioridad, y por ello cuidamos en extremo todos los insumos y actividades involucradas en nuestro proceso de producción. Al ser los químicos para el lavado de la hojuela el único material externo que entra en contacto con nuestro producto en proceso, nos sentimos confiados de trabajar con la mejor opción de acuerdo no solo con nuestra propia experiencia, sino con las opiniones de varios recicladores B2B a escala internacional con los que mantenemos comunicación”.
El director de operaciones destaca también que en la empresa hay una preocupación permanente por mantenerse actualizados y a la vanguardia en tecnología. “En PetOne procuramos un continuo perfeccionamiento de nuestros sistemas y procesos operativos y de gestión, por lo que hoy hemos conseguido las certificaciones de nuestro Sistema de Gestión Integral ISO 9001 y de nuestro Sistema para el Aseguramiento de la Seguridad Alimentaria FSSC 22000, así como el distintivo de Empresa Socialmente Responsable”, añadió.
Año tras año, el equipo de operaciones de PetOne busca afinar sus procesos productivos para lograr la mayor circularidad posible de los materiales que llegan a la planta. Así, además de hacer una limpieza y selección intensivas para extraer los mejores materiales que se requieren para producir resina RPET de alta calidad, también se han dado a la tarea de valorizar los descartes generados a lo largo del proceso. Actualmente reprocesan las taparroscas y las etiquetas que acompañan a las botellas de PET, así como la rafia, supersacos, emplaye y otros materiales de embalaje que reciben en las plantas del grupo, a fin de reciclarlos y obtener distintos tipos de pellets para su posterior utilización en la fabricación de una gran variedad de productos de uso no alimentario.
“De esa manera no solo garantizamos por completo la circularidad de nuestro proceso, sino que también llevamos a cabo una operación prácticamente libre de residuos, pues todos los materiales que ingresan a la planta vuelven a salir con un nuevo valor dentro del concepto de economía circular. En total congruencia con ser una empresa sustentable, en PetOne desarrollamos un proceso libre de emisiones y contamos con nuestra propia planta de tratamiento de aguas residuales, mediante la cual nos aseguramos de que nuestras descargas a la red sanitaria mantengan siempre un estricto cumplimiento con la normatividad ambiental”, nos contó Raúl Chávez.
Con la mirada hacia el futuro
La planta de PetOne cuenta con una línea de reciclaje que lleva cinco años de funcionamiento, y cuya capacidad productiva de 18 mil toneladas de RPET al año ya está completamente vendida. Ante el inminente aumento de la demanda de materiales reciclados por cuenta de las tendencias mundiales que favorecen el consumo de materiales reciclados con respecto a los materiales vírgenes, PetOne recibe 2022 con la tarea de evaluar y avalar la construcción de una segunda línea de reciclaje, que sea espejo de la que actualmente está en operación. Sin embargo, la viabilidad del proyecto depende, en gran medida, del aseguramiento del acopio de materiales posconsumo para alimentarla.
El proceso productivo actual de PetOne requiere alrededor de 2 mil toneladas de botella posconsumo cada mes (equivale a unos 100 millones de botellas mensuales), provenientes de todas las regiones del país. Con el fin de asegurar tal suministro, la empresa ha conformado un pool de proveedores certificados entre las empresas acopiadoras más importantes a escala nacional, con las que mantiene una estrecha relación de negocio para buscar el equilibrio costo-calidad, así como apoyar el desarrollo continuo de sus acopiadores en cuanto a sus buenas prácticas operativas para el beneficio de todas las partes.
No obstante, el acopio de materiales posconsumo continúa siendo uno de los desafíos constantes que debe enfrentar la compañía. “Encontramos un mercado ávido en cuanto a demanda por un producto de las características y calidad de nuestro RPET. Sin embargo, el aspecto más retador que enfrentamos a diario es el de asegurarnos el suministro continuo y adecuado, tanto en cantidad como en calidad, de la paca de botella posconsumo que requerimos como materia prima irremplazable para nuestra operación”, comentó Chávez Ashida.
Como parte del proyecto original de la planta ya se tenía contemplada la construcción de una segunda línea para duplicar la capacidad instalada. De hecho, la selección de tecnología ya está completa.
“Todo está listo y en espera del momento oportuno para detonar el proceso de procura de maquinaria y equipo, aunque la disponibilidad de materia prima es un punto focal que marca el momento adecuado de tomar el proyecto de crecimiento de la planta”, comentó el directivo.
Con esto en mente, PetOne está tomando acciones con el fin de asegurar el incremento en el suministro de materiales para la segunda línea. Parte del plan ha sido recabar los materiales posindustriales dentro de las empresas del grupo, así como apoyar estrategias para el fortalecimiento del acopio de botellas posconsumo. Esto, de la mano de ECOCE, asociación civil sin ánimo de lucro, que se encarga de promover el manejo adecuado de residuos de envases y empaques en México, y de la cual son socios. Las estrategias incluyen campañas para que el consumidor participe activamente en el regreso de los materiales posconsumo al ciclo productivo. También hay un trabajo de fondo con sus acopiadores para ayudarles a desarrollar mejores prácticas y sistemas de gestión interna que fortalezcan sus protocolos de calidad, sustentabilidad y responsabilidad social.
“Creemos que la actual coyuntura global, así como las incipientes regulaciones ambientales por parte de las autoridades en México resultan muy favorables para las empresas que ya participan o que quieren incursionar en el negocio del reciclaje, pues los grandes fabricantes de alimentos y bebidas buscan con mucho ímpetu asegurarse el suministro de materias primas recicladas a fin de responder de manera adecuada al compromiso social y la presión mediática actual, así como a la eventual consolidación de las regulaciones gubernamentales que les obliguen a tomar acciones concretas como parte de su compromiso con la ecología y el cuidado del medioambiente”, contó Chávez Ashida.
El directivo comenta que en la coyuntura actual, en la que los plásticos han sido objeto de señalamiento, es necesario destacar que se ha comprobado que los plásticos siguen siendo la mejor alternativa en costo, funcionalidad e inocuidad para el manejo de alimentos y bebidas, por lo que un mejor camino por seguir, en lugar de condenar el uso de los plásticos, será fomentar la cultura de la separación, clasificación y manejo de los residuos desde los hogares y las escuelas, además de seguir incentivando las actividades de reciclaje desde los diferentes niveles de gobierno.
“La industria del reciclaje tiene un mercado dinámico y activo para poner el producto, pero su crecimiento se ve restringido por el acopio de materiales. Aquí hay mucho por hacer”, concluyó el directivo.
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