El poder de construir acuerdos en favor de la industria: Mayra Hernández

Los cambios legislativos y acuerdos que se han dado en el marco de la industria relacionados con la gestión de residuos han sido muchos y todo parece indicar que seguirán dándose. Para su cabal cumplimiento, no solo es deseable, sino necesario, que los actores que forman parte del proceso industrial colaboren en su creación, interpretación e implementación. De ahí la importancia de quienes se encargan del análisis de las legislaciones, de la vinculación con las autoridades o entidades que las impulsan, y de participar en los grupos de trabajo que definen los conceptos y alcances de las regulaciones.

Una de estas destacadas profesionales es Mayra Hernández, licenciada en Derecho por la Universidad Anáhuac, y actual directora de asuntos gubernamentales y regulatorios de ECOCE (Ecología y Compromiso Empresarial), una asociación civil auspiciada por la industria de alimentos y bebidas, que fomenta la cultura del reciclaje —recuperación de residuos de envases y empaques— de los productos de sus empresas asociadas, que hoy suman más de 400.

La larga trayectoria de Mayra en temas de cabildeo y vinculación gubernamental comenzó cuando era estudiante y tuvo la oportunidad de trabajar en la Cámara de Diputados Federal, donde cuenta, pudo atestiguar las complejas dinámicas de la regulación en México y sus condicionantes.

Después de esta valiosa experiencia en el sector público Mayra ingresó al sector privado, en la industria de bebidas y alimentos, a desempeñarse como abogada de relaciones con gobierno para The Pepsi Bottling Group, labor que considera un parteaguas para el trabajo que hoy realiza en ECOCE.

“La vida da muchas vueltas. Este año cumplo cuatro años en ECOCE, que conocí cuando trabajé en Pepsi, quien es miembro de la asociación. Y mis funciones son parecidas. Mis principales actividades son, por un lado, la vinculación con congresos, ya sea federales o locales, y con otros funcionarios del poder ejecutivo, como secretarios o presidentes municipales. También realizo el análisis, desarrollo de posicionamientos y monitoreo de las legislaciones que pueden impactar al sector o generar un beneficio, y que tienen implicaciones en la forma de operar de las industrias, en este caso de nuestros asociados”.

La labor de vinculación que realiza Mayra Hernández también incluye organismos como cámaras empresariales y otras asociaciones industriales con las que coordina grupos de trabajo acerca de diferentes regulaciones.

Desde esta importante función ha promovido estrategias para incidir en un gran número de legislaciones, como las impulsadas desde el ámbito federal dirigidas a la gestión integral de residuos, sobre todo sólidos y plásticos, para proteger el punto de vista de la industria.

Asimismo, la Ley General de Economía Circular (LGEC), de acuerdo con Mayra, derivó en un interesante proyecto para su carrera: el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía de los Plásticos, firmado en 2019 por senadores mexicanos y más de 50 empresas y asociaciones de industriales del país, y que ella considera un motivo de orgullo en su trayectoria.

“Sin duda, han sido proyectos muy interesantes en los que ECOCE ha generado un liderazgo importante (…) El Acuerdo Nacional fue un gran logro, porque los organismos tienen agendas muy diversas y formas de interactuar con los reguladores muy diferentes. Que se pudieran aterrizar y ponernos de acuerdo fue algo muy importante.”

Otra labor que le ha dado grandes satisfacciones a Mayra, debido a su complejidad, es la interacción con los congresos federal y locales. “En el caso de Ciudad de México hemos tenido importantes interacciones en los grupos de trabajo relacionados con economía circular, en los que se están definiendo conceptos y alcances de la propia legislación. Es muy satisfactorio llegar a un acuerdo lo suficientemente equilibrado para la autoridad, para el sector y para la sociedad civil, porque hay que interactuar con todas las partes. Resulta fundamental entender que el principio de responsabilidad compartida, del que tanto se ha escuchado, no es una cosa aislada, sino algo que tenemos que aplicar día tras día.

“También me siento satisfecha por el posicionamiento que ECOCE ha alcanzado gracias al trabajo de todo el equipo desde la parte operativa y de los programas estratégicos desde la dirección, la comunicación, el cabildeo, etc. La coordinación que se ha generado y el enfoque hacia los resultados nos han brindado un gran aprendizaje y satisfacción.”

Pese a la experiencia acumulada, Mayra Hernández reconoce que encargarse de los asuntos gubernamentales y regulatorios de ECOCE, en este momento de gran presión para la industria, es un tema crítico, con retos muy particulares.

“Creo que, por una parte, el sector siempre se ha visto muy retado, por así decirlo. La agenda de la industria de bebidas y alimentos es muy amplia, y abarca temas no solo de la gestión de los residuos posconsumo, sino también otros relacionados con las mejores prácticas internacionales. El sector está activo todo el tiempo, con retos significativos en materia de agua, etiquetado e innovación”.

Por otro lado, apunta que en la presente administración el cabildeo se ha vuelto necesario y más complejo, tanto para establecer vínculos e interacciones con los reguladores, como para lograr que sean receptivos a la industria y derribar los temas ideológicos.

“Creo que uno de los principales objetivos de las funciones que realizamos quienes que hacemos cabildeo, es saber conectar con la parte ideológica, comprender que hay lenguajes diferentes y llevar un discurso equilibrado, en medio de nuevos protocolos de interacción. Y no es que esté mal, sino que estamos frente a un alcance distinto del acostumbrado. Y eso también puede ser benéfico para que aprendamos a interactuar en diversos esquemas de comunicación”.

En relación con el rol de la mujer en la industria y sus desafíos comentó que es importante superar los sesgos culturales. “A veces asignamos ciertas habilidades a los hombres y otras a las mujeres, y no entendemos el alcance de lo que podemos lograr porque implica salir de la zona de confort que hemos adoptado.

“He visto que las mujeres nos posicionamos más cada vez, no solo en áreas donde se pueden tomar decisiones, sino también en roles tradicionalmente masculinos (…) Ya no estamos en una época de roles definidos, ya no tenemos que ser estudiante, esposa o madre. Estamos en un punto en el que podemos y somos perfectamente capaces de decidir qué queremos para nosotras. Es importante retarnos. Si no te permites salir de esa zona de confort, no vas a saber realmente de lo que eres capaz física, emocional e intelectualmente”.