Vamos a examinar el comportamiento de los materiales semicristalinos que no alcanzan nunca su temperatura de transición vítrea durante el enfriamiento.
Aunque las pruebas de laboratorio son útiles para determinar el comportamiento de los polímeros, se debe recordar las diferencias fundamentales entre las mediciones de laboratorio y el mundo real del procesamiento de plásticos. En esta ocasión vamos a examinar los polímeros semicristalinos.
Comprender el enfriamiento, cómo un material dado desarrolla módulo a medida que se solidifica, requiere acceso a datos que brinden una idea de la relación entre el módulo y la temperatura. El análisis mecánico dinámico es una herramienta útil.
La resolución de problemas generalmente requiere distinguir las muestras buenas de las malas. Pero puede ser una torpeza que sea una persona quien realice la prueba y otra quien analice los datos.
En análisis de fallas, existe una tendencia a usar unos protocolos comunes de prueba. Pero este enfoque puede provocar un desequilibrio de las técnicas para enfrentar el problema.
La resolución de problemas en el procesamiento de plásticos requiere un equipo que combine personas que tengan credenciales académicas con otras que tengan experiencia práctica.
Inclusive las empresas con recursos aparentemente ilimitados pueden tener problemas para identificar la causa de un problema. Tal vez tienen demasiados especialistas y no suficientes generalistas.
Las herramientas y métodos para determinar la estabilidad oxidativa pueden ser útiles, pero son aún más útiles si se construyen para producir la información que realmente se necesita.
La prueba de DSC puede hacer un trabajo razonablemente bueno de capturar el comportamiento comparativo de los materiales que utilizan químicas antioxidantes similares.
Como la oxidación es un proceso que hace que los materiales se deterioren con el tiempo, sus efectos o el potencial de estos efectos no siempre son evidentes cuando las pruebas se realizan en nuevos productos.